En 1699, seis monjas procedentes de México llegaron a Santiago de
los Caballeros para fundar el Convento de Santa Clara.
La primera construcción fue inaugurada en 1715, siendo el cuarto
Convento para religiosas en la ciudad.
Entrada
a las ruinas del
Convento de
Santa Clara
[6a. Calle
Oriente y 2a. Avenida Sur] |
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Los movimientos sísmicos de 1717 dañaron seriamente las
edificaciones, por lo que años más tarde se inició su
reconstrucción, la que concluyó en 1734.
Esta edificación religiosa contaba con dos niveles. En la planta
baja se encontraba la sacristía, el comedor, la cocina, la
enfermería y otras dependencias.
El Convento tenía un noviciado y una sección con celdas para
las religiosas de esa Orden.
Este Templo y Convento sufrieron daños considerables por el
terremoto ocurrido en 1773, por lo que están en ruinas. Al sur de la
fachada del Templo existió un atrio que se modificó en 1800. La
cúpula del mismo Templo que había quedado en pie fue destruida por
movimientos sísmicos en 1874.
El peso y la
dimensión de algunos escombros hace imposible su retiro.
Cenefas, columnas y
bases de arcos fueron ornamentadas con geometría lineal
tallada en estuco:
El diseño de los arcos
fue similar en el segundo nivel. Algunos ambientes se complementaron
con cúpulas
Gruesas columnas y
resistentes vigas mantuvieron en pie a la mayoría de los arcos del
segundo nivel:
Es probable que los
patios o claustros interiores se complementaran con jardines:
El amplio claustro
principal se encontraba circulado con arcos y ventanales; algunos de
los cuales no soportaron los movimientos sísmicos:
En el centro del mismo,
aún podemos apreciar una fuente colonial de piedra tallada:
La puerta que en la
actualidad permite el acceso a estas ruinas fue la misma utilizada
para ingresar al Convento. Desde el exterior [2a. Avenida Sur,
frente al Tanque de la Unión] se aprecia parte del frontispicio del
antiguo Templo. El mismo, se
encuentra en el interior del Convento, sin vista
a la vía pública, pues como fue de clausura las religiosas nunca
salían al exterior.
Debido a la cercanía del
ingreso al Convento, el frontispicio de dicho Templo lo apreciamos
así:
y visto diagonalmente...
Curiosamente, el arco
frontal que correspondería al ingreso a este Templo se encuentra
cerrado con una pared que incluyó un ventanal octagonal. Ello tiene
su explicación por lo comentado anteriormente:
"como fue de clausura las religiosas nunca salían
al exterior":
La fachada que aún
evidencia el antiguo Templo es una de las más impresionantes de la ciudad colonial ya que
tiene decoraciones en estuco modelado, ornamentación con figuras de
arcángeles y pilastras talladas:
Es
oportuno aclarar que dicho Templo estaba orientado de norte a sur.
La entrada de los feligreses se realizaba a través de las puertas
del lado oeste, es decir en la ubicación antes indicada. En la
actualidad, esas puertas se encuentran clausuradas, porque se trata
de ruinas, como apreciamos a continuación:
En nuestros días, estas ruinas son muy visitadas por turistas
nacionales y extranjeros. También, son utilizadas para diversas
actividades sociales y festividades culturales.
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