Es importante señalar que en
la presente página se incluyen únicamente
algunos lugares en los que tuvo presencia el ahora Santo
Hermano Pedro. También, que en la actualidad algunos de esos
lugares se encuentran destruidos o no son fácilmente
accesibles, ya sea por el transcurso del tiempo, como
consecuencia de movimientos sísmicos, o que se han destinado
para otras actividades, tal es el caso de los Telares de Don
Pedro de Almengor
[en
ruinas];
el Hospital Real de Santiago
[en
ruinas];
la
Iglesia
y Convento de la Compañía de Jesús, cuyas ruinas de dicho
Convento fueron reconstruidas por la Agencia Española de
Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID),
en donde funciona el Centro de Formación de la Cooperación
Española en La Antigua Guatemala (CFCEantigua);
y, el antiguo Hospital de Nuestra Señora de Belén, cuyas
ruinas fueron reconstruidas para el funcionamiento de la
Posada Belén, que se destina especialmente para la realización
de retiros espirituales, y cuya administración se encuentra a
cargo de las Hermanas Bethlemitas.
Santiago de
los
Caballeros
fue el nombre de la ciudad fundada el 10 de marzo de 1543,
conocida actualmente como La Antigua Guatemala o La Antigua.
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En esta ciudad colonial, usted puede realizar un recorrido por
sus calles y avenidas para conocer
algunos lugares en los que tuvo presencia el Santo Hermano
Pedro; visitar el Santuario donde se encuentran sus restos; y
conocer lugares en los que, a ejemplo de sus principios de
caridad y misericordia, se continúa con la obra caritativa
hacia los más pobres y desamparados. También, para visitar las
Iglesias y Templos en los que se manifiesta gran religiosidad
de los feligreses.
Cordial Bienvenida! |
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Esta
recopilación
constituye únicamente una orientación de un recorrido
peregrino:
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Telares de Don Pedro de Armengol,
en ruinas
[Cerca de la entrada a esta ciudad]
El 4 de septiembre de 1651, el Hermano Pedro se dedicó a
trabajar como tejedor en el obraje de paños que se encontraba
cerca de la entrada a la ciudad. El dueño del obraje era el
Alférez Don Pedro de Armengol.
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En los telares trabajaron más de cuatrocientos esclavos y forzados
(presos) provenientes de las ocho cárceles de la ciudad. El
Hermano Pedro trabajó en el obraje hasta el año 1653, dando
ejemplo de bondad y rectitud a todos. Terminada su tarea
ayudaba a los más necesitados y luego rezaba su rosario y leía
un librito espiritual.
Ese lugar fue el primer campo misionero del Hermano Pedro ya que
allí Él se improvisó como catequista de los trabajadores.
Todos le miraban como virtuoso y así le respetaban y querían.
Todas las obras de caridad que él después ejercitó en su hospital
las realizaba allí con aquellos pobres presos.
Los telares de Don Pedro de Armengol sufrieron
daños considerables por el terremoto ocurrido en 1773, por lo
que en la actualidad se encuentran en ruinas.
Estas ruinas son las únicas que quedaron de pie,
y están cerradas al público. |
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Escultura al Santo Hermano Pedro
y el Puente del Matasano
[Entrada
a esta ciudad colonial]
El 18 de septiembre de 1649, con el deseo de llevar el evangelio a
las Indias, Pedro de Betancur (el Hermano Pedro) se embarcó en
la ciudad de Vilaflor, Tenerife, Islas Canarias, España, con
destino a Honduras, pero teniendo que llegar primeramente a La
Habana, Cuba. En espera de continuar el viaje aprendió el
oficio de tejedor.
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A finales de
enero de 1651, es informado que el barco en el que había
realizado el viaje saldría de Cuba hacia Puerto Trujillo,
Honduras, con pasajeros que llevaban sus mercancías a
Guatemala. Al escuchar el nombre de Guatemala, exclamó:
"A
esa ciudad quiero ir, porque con júbilo y fuerza superior me
siento inclinado a caminar hacia ella, luego que la he
oído nombrar, siendo así que es ésta la vez primera que oigo
su nombre." Al desembarcar, se dirigió inmediatamente a pie hacia
Guatemala.
Llegó por fin un día a los altos de Petapa, sobre el valle de
Panchoy; y arrodillado besó la tierra, como si hubiera estado
conciente de ver el lugar donde le quería Dios, y rezó una
Salve a la Reina de los Ángeles. Puesto de pié, contempló
emocionado la ciudad, exclamando:
"Aquí he de vivir y morir."
Siguió su camino hacia la ciudad de Santiago de los Caballeros
[actualmente La Antigua Guatemala], a la que llegó el 18 de
febrero de 1651. Mientras estaba postrado besando el suelo
sobre el Puente de las Monjas de la Concepción o del Matasano,
un fuerte temblor estremeció la ciudad. El Hermano Pedro,
lleno de susto y confusión, pensó que esto sucedía por ser Él
un gran pecador. Arrodillado, pidió a Dios perdón y
misericordia.
En la actualidad, en este lugar se encuentra una
escultura dedicada al Santo Hermano Pedro.
Hospital Real de Santiago, en ruinas
Después de su largo y aventurado viaje, el Hermano Pedro, cansado y
enfermo, entró a la ciudad de Santiago de los Caballeros.
Recién llegado, fue al Hospital Real para sanar.
Ruinas cerradas al público
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Cuando el Hermano Pedro recuperó su salud y salió del Hospital,
experimentó los muchos peligros a los que estaban expuestos
los convalecientes, especialmente los forasteros y desvalidos,
quienes no tenían quien los cuidara ni les diera un alimento
adecuado.
El tiempo de la
convalecencia fue para el Hermano Pedro una dura experiencia,
porque para sobrevivir tuvo que pedir limosna y comía como
pobre en la portería de San Francisco. En las noches, no tenía
un lugar apropiado para descansar y se iba para el santuario
de El Calvario. Compartió el destino de muchos menesterosos
que vagaban por las calles y dormían debajo de los portales.
El Hermano Pedro había aprendido en la escuela de la experiencia a
ser caritativo, porque durante el tiempo que estuvo enfermo en
aquel Hospital observó lo que padecían las personas que no
tenían quien las socorriera. Dedicó los primeros días de su convalecencia para visitar los
templos, santuarios, lugares piadosos y hospitales.
El Hospital Real de Santiago sufrió daños
considerables por el terremoto ocurrido en 1773, por lo que en
la actualidad se encuentra en ruinas. Esas ruinas están
cerradas al público.
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Iglesia de la Merced
[6a.
Avenida Norte y 1a. Calle Poniente, final Calle del Arco)
En 1658, el Hermano Pedro recibió como limosna de generosos vecinos
cuarenta Pesos que destinaría para la compra de un pequeño
terreno con su rancho de paja y que sería utilizado como
hospital de convalecientes.
El Hermano Pedro, feliz por la ayuda recibida, corrió a agradecer a
la Virgen de la Merced, enseñándole el dinero.
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En la actualidad, la Iglesia de la Merced es muy visitada por los
fieles devotos para venerar a la imagen de Jesús Nazareno, y a
la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, Patrona de la
ciudad.
El 3 de abril de 2004, el Consejo Municipal de la
ciudad colonial proclamó a Jesús Nazareno de la Merced como
Protector e Intercesor de los Antigüeños.
Iglesia y Convento de la Compañía de Jesús
[4a.
Calle Poniente y 6a. Avenida Norte)
En 1652, con el deseo de ser sacerdote, el Hermano Pedro
inició sus estudios en el Colegio de San Lucas de la Compañía
de Jesús. Soportando muchas adversidades, el primer año tuvo
que ser de introducción y nivelación ya que Él apenas sabía
leer y escribir.
Ruinas
de la Iglesia de la Compañía de Jesús.
(Ruinas cerradas
al público)
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Aunque estudiaba
mucho nunca pudo aprender los nominativos del latín, y cuando
con mucho estudio había aprendido un nominativo o dos de
memoria, al otro día se le habían olvidado totalmente. Sus
condiscípulos, aunque lo respetaban, no dejaban de reírse de
Él.
Al ver desalentado al Hermano Pedro por la dificultad en el
estudio, un Hermano Terciario le aconsejó abandonar el Colegio
y trasladarse al Calvario porque allí tenía una cátedra donde
aprender, señalándole una imagen de Jesús Crucificado y
explicándole la doctrina de la Cruz; también le recomendó
tomar el hábito de la Tercera Orden de Penitencia de San
Francisco.
Desvanecido el proyecto de ser sacerdote, huyó de la ciudad
por no volver al estudio. Subiendo por el camino que le llevó
unos años antes a la ciudad, se fue a Petapa
[actualmente
Villa Canales]
e ingresó a una ermita donde recibía culto muy
devoto una imagen de la Virgen del Rosario.
Estando en oración, pues no sabía que rumbo darle a su vida,
recibió la iluminación que buscada: Debía regresar a la ciudad
de Santiago de los Caballeros y dedicarse al servicio de Dios, dejándolo todo.
Era la voz de María, en Ella Pedro depositó toda su confianza,
y es Ella quien, en el momento de la aflicción, le abre el
camino definitivo de su vida.
El Hermano Pedro, afligido y lloroso, viendo que no avanzaba
en el estudio y que era casi imposible aprender la gramática
del Latín, a mediados de 1654, decidió dejar el estudio y
solicitar el hábito de aquella Orden.
La Iglesia y Convento de la Compañía de Jesús sufrieron daños
considerables por el terremoto ocurrido en 1773. En la
actualidad, esta Iglesia se encuentra en ruinas. La
reconstrucción de esas ruinas está a cargo de la
Agencia Española
de Cooperación Internacional para el Desarrollo -
AECID.
Las ruinas de la Iglesia están cerradas al público.
En 1997, se inauguraron los trabajos de reconstrucción del
Convento de la Compañía de Jesús y la apertura del
Centro de Formación de la Cooperación Española en La Antigua
Guatemala (CFCEantigua).
Ruinas
reconstruidas del
Convento de la Compañía de Jesús
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Parroquia de San José
Catedral
[4a.
Avenida Norte y 5a. Calle Oriente
frente
a la
Plaza Mayor -Parque Central]
La construcción de la primera Catedral se inició en 1545. Esa
edificación fue demolida en 1668.
En 1669, se dio inicio a la construcción de la nueva Catedral,
la que fue inaugurada en 1680; siendo uno de los templos de
mayor importancia en Hispanoamérica en el tiempo colonial. |
En su fachada se pueden apreciar esculturas representando a
los doce apóstoles y cuatro padres de la iglesia. En la
hornacina central, se observan dos esculturas que representan:
una, al Padre Eterno, y la otra, a la Virgen de la Asunción.
De la Iglesia Catedral, cada jueves de la festividad religiosa del
Corpus Christi, salía una solemne
procesión del Santísimo Sacramento que hacía su recorrido por
calles de la ciudad. En ese día, adornada a todo esmero, y
concurrida con numerosas personas, la procesión era acompañada
por el Hermano Pedro, quien hacía de su capa una bandera que
levantaba en un astil de madera. Delante de la custodia iba
agitando incesantemente esa bandera por todo el tiempo que
duraba la procesión, acompañando el compás de sus brazos y el
movimiento de sus pies con alegres saltos. Al mismo tiempo,
iba cantando algunas coplas que él mismo había compuesto al
misterio.
La Iglesia Catedral sufrió daños considerables
por el terremoto ocurrido en 1773. En virtud de ello, las
imágenes religiosas del recinto fueron resguardadas en la
Iglesia de San José que había tenido menos daños como
consecuencia de esa devastación telúrica. Al concluirse la
restauración parcial de la Iglesia Catedral, aquellas imágenes
religiosas que habían sido trasladadas regresaron a su
anterior morada. En reconocimiento y agradecimiento a la
divinidad, esta
última empezó a nombrarse Parroquia de San José Catedral;
mientras que las ruinas de la original Iglesia de San José son
conocidas actualmente como ruinas de la Iglesia de San José El
Viejo.
La Parroquia de San
José Catedral es muy visitada por los fieles devotos.
Templo de San Francisco,
Santuario del Santo Hermano Pedro
(7a. Calle Oriente y Calle de los Pasos)
Después de la muerte del Hermano
Pedro, el señor Obispo decidió que el cuerpo se velara, la
noche del 25 de abril de 1667, en la Iglesia del Oratorio de
la Escuela de Cristo. Luego de la velación, el traslado del
féretro para su sepultura en el Templo de San Francisco se
realizó en hombros de nobles y religiosos.
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El Superior
del Convento de San Francisco decidió que el cuerpo debía ser
sepultado en la bóveda de común entierro de los religiosos de
esa Orden, "haciendo para el humilde Hermano Pedro, entre
otros, ese único honor, hacer número con tan incomparables
hombres".
Con motivo de los trabajos de reconstrucción y reparación del
Templo de San Francisco, los restos mortales del Hermano Pedro
se trasladaron a diferentes capillas en los años 1686, 1692 y
1817.
El 28 de octubre de 1990, después del último reconocimiento
canónico, los restos mortales del Hermano Pedro fueron
colocados en un sepulcro especial construido en la antigua Capilla de
la Vera Cruz, en el Templo de San Francisco. El Hermano Pedro fue Canonizado por Su
Santidad el Papa Juan Pablo II
(†), el 30 de julio de 2002.
La presencia de los
restos mortales del Santo Hermano Pedro es la razón por la que
el señor Arzobispo de Guatemala, Su Excelencia Monseñor
Rodolfo Quezada Toruño
(†), el 30 de julio de 2003, elevó el
Templo de San Francisco a Santuario Arquidiocesano.
En la
actualidad, el Templo de San Francisco, Santuario del Santo
Hermano Pedro, es el lugar en el que convergen devotos
peregrinos, de diferentes culturas e idiomas, para visitar el
Sepulcro en el que se encuentran los santos restos del Hermano
Pedro.
En el Santuario se observa un gran fervor religioso
en la veneración del Santo Hermano Pedro, ya que los fieles
creyentes lo visitan tocando su sepulcro como para avisar su
presencia y contarle sus penas y alegrías, para pedirle ayuda
material y espiritual, y para agradecerle los milagros
obtenidos, colocándole velas de diferentes colores
(especialmente en recipientes de vidrio) que representan una
petición especial dependiendo de las necesidades de la
persona.
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Sepulcro del Santo Hermano Pedro
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El Sepulcro del Santo Hermano Pedro tiene tres tallados en
madera que representan: El Hospital de Belén y las limosnas
del Hermano Pedro; El Hermano Pedro yacente venerado por el
pueblo; y El Hermano Pedro difunde el Nacimiento de Jesús.
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Museo del Santo Hermano Pedro
La puerta situada en las ruinas de la torre sur del Templo de
San Francisco, Santuario del Santo Hermano Pedro, permite
visitar el Museo del Santo Hermano Pedro, la Biblioteca o las
ruinas del Convento de San Francisco.
Este Museo abrió sus puertas, en 1982, para que los visitantes
puedan apreciar las pertenencias del Hermano Pedro que han
sido resguardadas por la Congregación Franciscana. A
principios de 2002 las instalaciones del Museo fueron
restauradas, por lo que actualmente tiene dos salas y un
pasillo que las une, para visitar: Sala Colonial, Pasillo de
los Milagros y Sala del Santo Hermano Pedro. |
En la primera Sala, o Sala Colonial, se exponen imágenes,
vestimenta sacerdotal y otros objetos religiosos que han
pertenecido a la Congregación Franciscana desde la época
colonial, un retablo del siglo diecisiete, algunas colecciones
de cerámica maya, y colecciones de moneda de la República de
Guatemala.
En el pasillo, denominado Pasillo de los Milagros, se han
reunido varios objetos entre los que se encuentran: aparatos
ortopédicos, placas de gratitud, cuadros y fotografías que los
fieles devotos han dejado como testimonio de bendiciones
recibidas de Dios por la intercesión del Santo Hermano Pedro.
En la segunda Sala, o Sala del Santo Hermano Pedro se
resguardan, entre otros objetos religiosos, documentos del
proceso de Beatificación del Hermano Pedro, sus pertenencias,
pinturas realizadas por diferentes artistas a través del
tiempo, entre ellas la más antigua sobre el Hermano Pedro,
medallas y sellos postales conmemorativos, y una preciosa
reliquia (un pedacito de hueso del Santo Hermano Pedro).
Entre las pertenencias del Santo Hermano Pedro, están
expuestas: ropa interior, medias y zapatos; hábito
(vestimenta), capa y bastón; sombrero, que nunca lo llevó
puesto sobre su cabeza sino que lo utilizó únicamente para
llevar dentro del mismo una imagen del Niño Dios; bolsa de
mano, en la que guardó pequeñas cedulitas o "papelitos" con
nombres de difuntos para orar por ellos; rosario y rosario
breve, que siempre llevó durante sus rezos; pandereta, que
utilizó para enseñar con juegos las primeras letras y la
doctrina cristiana a los niños pobres, y
durante la
celebración de la procesión de la vigilia del Nacimiento, que
organizó, hasta su muerte, todos los años durante la época de
Navidad; campanita, que hizo repicar los lunes por las noches,
alertando a quienes habían extraviado el recto camino de sus
vidas y la necesidad de rogar por las almas del purgatorio;
cilicios, que utilizó como instrumentos de penitencia en su
'Sala de Armas'; calavera, con la que meditó acerca de la
muerte; colcha y cobertor del colchón de la cama donde murió;
y una silla.
En esa
segunda Sala, también
se encuentran los cofres en los que estuvieron depositados los
restos mortales del Santo Hermano Pedro desde 1817 hasta 1990,
cuando fueron trasladados al nuevo y actual sepulcro.
Calle de los Pasos
[Frente al Templo de San Francisco]
En 1618, la Hermandad de la Tercera Orden de Penitencia de San
Francisco decidió tener iglesia propia y adquirió un terreno
para construir un Calvario a 1322 pasos del Templo de San
Francisco que, según dice la tradición franciscana, es la
distancia entre el Pretorio y el Monte Calvario, o sean los
pasos recorridos por Jesús en su vía sacrosanta.
Capilla que
representa la Segunda Estación del
Vía Crucis, en
el inicio de la Calle de los Pasos |
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Asimismo, en esa vía se reconocieron las catorce Estaciones
del Vía Crucis, señalándolas inicialmente con pequeñas cruces,
luego con mantas y finalmente con la construcción de capillas;
llamándose en aquella época Calle de la Amargura, ahora Calle
de los Pasos.
En la Calle de los
Pasos se encuentran las capillas que representan de la II a la
VIII Estación del Vía Crucis.
En la actualidad,
la Calle de los Pasos se ubica hasta el inicio del bulevar de
doble vía conocido como 'Alameda del Calvario', en donde se
localizan las capillas que representan la IX y la X Estación
del Vía Crucis.
La capilla que
representa la XI Estación del Vía Crucis se encuentra en el
atrio de la Ermita del Santo Calvario
.
Esas capillas conservan en su interior pinturas, realizadas en
la época colonial, representando cada una de ellas la Pasión
de Jesús. Para preservar las valiosas pinturas, estas capillas
permanecen cerradas todos los días del año, excepto en tiempo
de Cuaresma y Semana Santa, tiempo en
el que dichas capillas son abiertas y los feligreses pueden
observar las pinturas y rezar.
El Hermano Pedro tenía gran devoción hacia la pasión de Jesús.
En el amor a Jesús Crucificado tenían arraigo sus penitencias
expiatorias.
En tiempo de Cuaresma y como penitencia de los viernes, el Hermano Pedro, vestido de
Nazareno y cargando una pesada cruz realizaba el Vía
Crucis en la Calle de la Amargura, actualmente, Calle de los
Pasos. Él sabía que la senda de la Cruz era la vía para hallar
a Jesús; quería sentir lo mismo que sintió Jesús en su cuerpo,
padecer la fatiga, la sed, los azotes y hasta la sangre.
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Templo de la Escuela de Cristo
[Calle
de los Pasos y 9a. Calle "A" Oriente]
Luego de la muerte del Hermano Pedro, el señor Obispo decidió
que el cuerpo se velara, la noche del 25 de abril de 1667, en
la Iglesia del Oratorio de la Escuela de Cristo. Para el
traslado, el ataúd fue colocado en la carroza del señor
Obispo, mientras que todos los dignatarios iban a pie
escoltando a quien en vida se consideraba el mínimo de todos.
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La veneración
popular por el Hermano Pedro fue desbordante. Fue necesario
tomar serias medidas para poner orden al entusiasmo de las
personas, ya que todos querían llevarse una reliquia, un trozo
de sus vestiduras, incluso, sus cabellos. Llegaron también las
autoridades de la ciudad y el Obispo con su Cabildo. Viendo
que todos se arrodillaban ante el cadáver, el Obispo dijo
cordialmente: "disculpen las formalidades y alaben a Dios
en su humilde siervo. Forme cada uno en su interior el
concepto que le dicte su vida ejemplar, que yo por mi parte lo
tengo por varón grande, digno de toda reverencia."
Desde el amanecer hasta la hora del entierro se celebraron
misas en altares fijos y portátiles sin interrupción, mientras
que de los pueblos aledaños la gente concurría continuamente.
Hospital e Iglesia de Nuestra Señora de Belén,
actualmente, Posada Belén
[Calle
del Santo Hermano Pedro, Plaza a la Paz]
En 1663, el Hermano Pedro decidió iniciar la construcción de
una enfermería más grande de la que ya tenía y para ello
compró un terreno contiguo a su propiedad.
Él escribió
al Rey Felipe IV para informarle acerca de las dificultades
que la gente enferma sufría cuando dejaba los hospitales,
solicitándole licencia para la construcción de un hospital de
convalecientes.
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El 7 de diciembre
del mismo año, el Hermano Pedro nombró a un procurador para
obtener en la Corte de Madrid la aprobación de ese hospital.
En 1664, el Hermano Pedro inició la obra y construcción de un
hospital, pero al no contar con los medios y recursos
suficientes trabajaba con sus propias manos; por ese ejemplo,
lo imitaron muchos más.
Dicha construcción se concluyó en 1665, llamándose Hospital de
Nuestra Señora de Belén. Sus ansias eran que hubiera en su
Belén una fuente perenne de aguas de salud y de caridad para
los que de ella necesitaran. Su preocupación era que los que
entraran en su hospital para recuperar la salud del cuerpo
salieran mejor en la salud del alma, y les pedía que pagaran a
Dios el beneficio de la salud con la enmienda de sus vidas.
El Hermano Pedro escribió un reglamento que fue adoptado
también por las mujeres que atendían la educación de los
niños; estaba surgiendo lo que más tarde sería la Orden
Bethlemita.
Era un hombre que gozaba de buena salud, sin embargo, el
contacto con los enfermos a quienes les daba refugio y abrigo, sus continuos ayunos y desvelos,
sus disciplinas de sangre, y sus caminatas nocturnas descalzo y
sin abrigo ayudando a los pobres y desamparados, hicieron
mermar su constitución física, siendo el 14 de abril de 1667
cuando principiaron a manifestarse los síntomas de una
enfermedad.
El 20 de abril de 1667, enfermo de gravedad en este Hospital, el Hermano Pedro dictó y firmó su
testamento, en el que pidió de caridad que se le entierre en
la Iglesia del Señor de San Francisco El Grande, en el lugar
de sepultura de los religiosos de la Tercera Orden.
El 25 de abril del mismo año, el Hermano Pedro murió a los 41 años de
vida y a los 15 años de haber llegado a Guatemala.
Lugar donde el Hermano Pedro murió
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En las ruinas del Hospital de Nuestra Señora de Belén se encuentra
el lugar donde el Hermano Pedro murió. |
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El Hospital, Iglesia y Convento de Nuestra Señora de Belén sufrieron
daños considerables por el terremoto ocurrido en 1773. En la
actualidad, este Hospital se encuentra en ruinas. La Iglesia y
Convento han sido reconstruidos y son las Hermanas Bethlemitas
las que actualmente se encuentran a cargo de la
administración. Al lugar se le conoce como Posada Belén y es
utilizada para retiros espirituales.
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Templo
de El Calvario
[final
de Alameda del Calvario]
Luego de abandonar sus estudios en el Colegio de la Compañía
de Jesús, el Hermano Pedro trabajó, hasta junio de 1654, en la
obra de construcción de El Calvario. En julio del mismo año,
se trasladó a vivir allí como superintendente de la obra,
haciéndolo con voluntad, humildad y resignación. Aquí solicitó
su ingreso en la Tercera Orden de Penitencia de San Francisco. |
A principios de enero de 1655, el Hermano Pedro tuvo una
experiencia mística, sintió que tenía a su lado a Jesús
Nazareno. Esta experiencia encendió el corazón del Hermano
Pedro con infinito amor y compasión hacia Jesús (Belén, la
Cruz y la Eucaristía) y los sufrimientos de los necesitados.
El 14 de enero de 1655, el Superior de la Tercera Orden dio al
Hermano Pedro el hábito interior, y el 24 del mismo mes le dio
el hábito exterior, en la capilla mayor del Convento de San
Francisco, en pública comunidad de religiosos y hermanos de la
Tercera Orden.
En ese lugar el Hermano Pedro vivió la etapa decisiva de su
vida ya que descubrió la verdadera razón por la cual Dios lo
había traído a Guatemala. Recobró su alegría y su devoción
apostólica. Dedicado a la oración y mortificación durante
muchas horas del día y de la noche, también alternaba otras
horas en obras de caridad por toda la ciudad vestido con un
tosco sayal y una áspera túnica interior de cáñamo que se
ceñía al cuerpo con cordeles.
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Durante cuatro años el Hermano Pedro fue responsable de El
Calvario, en el cual recibía a los niños y se reunía con
muchas personas para rezar y hacer penitencia. Encargado
también del ornato del jardín de El Calvario, el 19 de marzo
de 1657, sembró un árbol de Esquisúchil que en la actualidad
es un frondoso árbol que aún continúa floreciendo
abundantemente, tres veces en el año,
y se le conoce como el 'Árbol del Hermano Pedro'.
Los fieles
creyentes atribuyen a las flores de este Árbol propiedades
curativas y hasta milagrosas.
El Árbol del Hermano Pedro'
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Iglesia de San Pedro y
Obras Sociales del Santo Hermano Pedro
[6a.
Calle Oriente, Número 20]
En 1985, El Concejo
Municipal de La Antigua Guatemala concedió a la Asociación
Obras Sociales del Santo Hermano Pedro, por 40 años, la
edificación del antiguo Hospital Nacional de La Antigua
Guatemala abandonado por haberse destruido durante el
terremoto ocurrido en 1976. Desde entonces, el inmueble ha
sido reparado progresivamente. |
|
 |
Las Obras Sociales del Santo Hermano Pedro son una institución no
gubernamental, no lucrativa, de servicio y
proyección a la comunidad, con personería jurídica desde el 5 de octubre de
1988. Fueron promovidas, en 1980, por Fray Guillermo
Bonilla Carvajal y muchas otras personas deseosas de
imitar los principios de amor y caridad establecidos
por el ahora Santo Hermano Pedro, como espíritu vivo
de su obra. Estas Obras Sociales están bajo el
cuidado de la Orden de los Franciscanos y dirigidas
por Fray Giuseppe Contrán, más conocido como Fray
José. poyado en parte por el Gobierno de Guatemala, y en parte por
donaciones provenientes de todo el mundo, el hospital es el
hogar de pacientes con impedimentos físicos y mentales.
Las Obras Sociales del Santo Hermano Pedro se proponen como Visión:
"Ser una institución religiosa y humanitaria que brinda
caridad y solidaridad a ejemplo del Santo Hermano Pedro,
dando atención integral para mejorar la calidad de vida y dignidad de
la persona, con énfasis en el más pobre, no importando su
religión, raza y condición." Y, como Misión: "Brindar
atención,
amor y caridad, con cuidados de alta calidad en coordinación
con médicos voluntarios y entidades nacionales y extranjeras.
La población que se atiende es de escasos recursos, pacientes
externos, internos, quirúrgicos y
crónicos, con servicios básicos preventivos y especializados
de salud; albergues, alimentación, vestuario, educación
integral, moral y espiritual."
La característica
de estas Obras Sociales ha sido practicar la misericordia,
tanto corporal como espiritual, brindando asistencia a
centenares de pacientes crónicos y terminales de todas las
edades y procedencias. Unos doscientos cincuenta de ellos
permanecen internos por el resto de su vida y están atendidos
en Hogares aptos según las necesidades requeridas. A todos se
les brinda atención médica, asistencial, formativa y
espiritual.
La base para
la filosofía cristiana social es el amor fraternal y el apoyo,
desde la sensibilidad humana [corporal y espiritual],
proporcionando ayuda a cada uno que la necesita y requiera.
Esta institución trabaja brindando al mismo tiempo
alimentación en la Fe, Esperanza y Caridad a los niños
desnutridos, jóvenes con parálisis y minusvalía o a pacientes
ancianos ciegos; y a alguien que busca el alivio y curación
del cuerpo y alma. Jesucristo inspira con la compasión dentro
de todos los corazones y la solidaridad hacia aquellos más
necesitados e invita a cada uno a desarrollar la misericordia
hacia nuestro vecino.
A pesar de
recursos limitados, dificultades personales y globales, Dios
en Su Providencia Divina ha permitido ayudar a miles de
personas y haber proporcionado asistencia médica durante
muchos años.
La Iglesia de San Pedro Apóstol, adjunta a las Obras Sociales
del Santo Hermano Pedro, es el lugar donde pacientes, personas
de las obras sociales, donantes o bienhechores, grupos médicos
y feligreses se acercan a Dios a través de la oración y
reflexión. Se ofrece y se comparte a diario el conocimiento de
la palabra de Dios, además de proveer los santos sacramentos
que ayudan a la sanación y fortalecimiento del espíritu
humano.
Realizamos este recorrido peregrino en la ciudad a
la que un hombre quiso cambiar para Dios. En esta
ciudad, el Santo Hermano Pedro vivió y enseñó a
vivir las virtudes teologales y espirituales, y
aquí se ha quedado con nosotros... para siempre. |
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Fuente:
Itinerario de un peregrino en una "Ciudad Mística", La
Antigua Guatemala
(Ediciones Provincia Franciscana "Nuestra Señora de
Guadalupe" de Centro América y Panamá):
Fray Damián Cosimo Muratori, o.f.m.; Fray Edwin Alvarado
Segura, o.f.m.; y Williams Mazariegos Lima.
Novena al
Santo Hermano Pedro de San José Betancur: Fray Edwin Alvarado Segura, o.f.m; y Williams Mazariegos
Lima).
Memorias de
Labores:
Asociación Obras Sociales del Santo Hermano Pedro.
Ediciones San Francisco.
Construyendo Historia y Abriendo
Caminos:
Hermanas Bethlemitas, Posada Belén.
Fotografías y recopilación de textos:
CCN
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